Cómo saber si la vida nos avanza, o nosotros la avanzamos a ella, linealmente, es difícil. Primero está el tiempo, que es una dimensión que en los agujeros negros poco se entiende, o bueno sí se entiende, pero no alcanza el cerebro para comprender cómo puede haber saltos en el tiempo. Sí, ir y volver en el tiempo.
Pero bueno, acercándonos un poco a la cotidianidad, el tiempo nos pasa un segundo tras otro. El reloj mucho sabe de eso. Aún así, en nuestra mente, podemos volver a recuerdos e ir a sueños, y ello, entrelazado, nos permite redefinir el camino, la linealidad inicialmente planteada. Por este motivo, nos es más común la no linealidad que la linealidad.
Al momento de escribir nos hemos instituido una forma lineal que vale la pena reconsiderar y reorientar hacia nuevas formas, donde se permita al lector tomar decisiones y leer por y hasta donde le apetezca. Esta reflexión es fundamental, porque antes de escribir bajo la teoría del caos, es necesario concientizarse de la cotidianidad con que nos afecta.
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